Ante la facilidad de la aventura castellana, imposible evitar un cierto romanticismo pro-Azteca.
Aunque no es su intención, Thomas deja claro que no existía una unicidad entre los reinos prehispánicos, ni siquiera con base en relaciones de vecindad o misma naturaleza, lengua o antepasados.
Manifiesta admiración de Thomas por Cortés. Aun cuando el estudio del proceso de conquista analiza la sociedad prehispánica, la relatoría pone de manifiesto a un Cortés genio de la guerra, excelso diplomático y de capacidades discursivas adelantadas a su época, sin darle el equivalente mérito en el resultado, a las condicionantes tales como idiosincrasia, o más en general, cultura, avances metalúrgicos y uso de caballos y perros. Conocido es el hispanismo de Thomas. ¿Qué tiene más mérito en el resultado conocido, las habilidades cortesianas o el condicionamiento cultural a capturar prisioneros, para ofrenda a los dioses, en lugar de matarlos?
Excelente documentación. Fácil y amena lectura.
Lectura obligada para quienes desean conocer, con más aciertos que errores, el proceso de conquista del Imperio Azteca y otros.
La Conquista de México, Hugh Thomas, Editorial Planeta Mexicana, enero 2011
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