IDEAS VAN Y VIENEN TODOS LOS DÍAS, ALGUNAS TRASCIENDEN, OTRAS SE PIERDEN EN EL OLVIDO, TODAS, SIN EMBARGO, APORTAN AL BAGAJE COLECTIVO DE NUESTRA CULTURA.

Abelardo González Zamudio

lunes, 17 de enero de 2011

Del Anecdotario de la Generosa: ¡¡DEBERÍA DARME UNA CACHETADA!!

100 años vivió Tío Gundo. Bajito, trabajador, muy alegre. 100 anécdotas conocí en su lonchería con venta de cerveza “Los Costeños”. Mucho cariño le tomamos los comensales y parroquianos.

En alguna ocasión, un sábado cualquiera, estando disfrutando de un exquisito elixir de dioses guardado en paredes de cristal (cerveza bien fría), pasó un cortejo fúnebre.

En Alvarado, aún hoy es costumbre trasladar los difuntos cargando a hombros el ataúd. Desde la iglesia principal hasta el panteón, ese recorrido se hace regularmente vía la rivera (avenida Juan Soto).

La lonchería Los Costeños tenía 3 metros de ancho por unos 20 de fondo, tío Gundo comía en la parte trasera del local, mismo que daba, desde la avenida Juan Soto, hasta el muro de contención de la Laguna de Alvarado. Al ver el “entierro”, salió con la fuerza que le deban sus noventa y tantos años a la puerta de la cantina.

-¿Quien es el mueito? Preguntó a uno de los acompañantes del sepelio.

-Pues el que va en la caja, viejo bruto!!!

Ante lo sincero y certero de la respuesta, tío Gundo enfiló rumbo a la puerta trasera, mascullaba:

-Pior me debería de pasai, debió darme una cachetada pa que se me quite lo pendejo, a mi que maide me importa quien es el mueito. ¡¡¡Chingo mi maide si desde hoy no se me quita lo pendejo!!!