IDEAS VAN Y VIENEN TODOS LOS DÍAS, ALGUNAS TRASCIENDEN, OTRAS SE PIERDEN EN EL OLVIDO, TODAS, SIN EMBARGO, APORTAN AL BAGAJE COLECTIVO DE NUESTRA CULTURA.

Abelardo González Zamudio

martes, 5 de abril de 2011

APUNTES HACIA UNA DIALÉCTICA DE LA POLÍTICA MEXICANA: "Buscando mayorías parlamentarias hacia gobiernos eficientes"

“…en la medida en que nos empecinemos en conservar un presidencialismo disfuncional que no incentiva las coaliciones seguiremos administrando la mediocridad. En el orden estatal y en el federal tendremos gobiernos minoritarios con oposiciones mayoritarias en los congresos, lograremos sacar reformitas que emularán el parto de los montes y el renacimiento de México será una quimera. Si eso es lo que nuestra clase política quiere va por buen camino. Pero la sociedad mexicana tiene que abrir los ojos: se está dejando conducir a un precipicio que está cada vez más cerca.Agustín Basave, De Londres a Toluca, Excelsior, 04/04/2011

“…la solución no es excluir partidos ni artificialmente convertir a una mayoría relativa de votos en una mayoría absoluta de representantes, hay que operar sobre el sistema de gobierno para facilitar la edificación de una mayoría. Un sistema como el parlamentario obliga a la generación de mayorías. Porque si no se tienen ni votos ni escaños suficientes, a lo que obliga es a un gobierno de coalición. “ José Woldenberg, Casa de diez puertas Una discusión sobre la reforma política de México, Revista NEXOS, No. 400, 01/04/2010

“… la experiencia y la razón indican que hay otras salidas y que es posible ahondar la ruta de la reforma adoptando y adaptando incluso mecanismos propios del parlamentarismo que, con buenas posibilidades de éxito, podrían injertarse en el presidencialismo…” Diego Valadés, El control del poder, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, citado por Jorge Carpizo, México, ¿sistema presidencial o parlamentario?, en www.jurídicas.unam.mx

¿Puede México transitar hacia un sistema de gobierno mixto, que combine lo mejor del sistema presidencial (no del presidencialismo) y del sistema parlamentario (no del asambleísmo)? La respuesta es SÍ.
¿Qué necesitamos además de voluntad política de parte de los poderes partidistas? Una propuesta sincera, verdadera, estructural, que garantice a la propia clase política, ya una real posibilidad de permanencia, ya un retiro digno.

De acuerdo con el artículo 49 de la Constitución General, el Poder del Estado Mexicano se divide para su ejercicio en tres poderes, pero en realidad no son tres, sino cuatro las partes en que se divide el poder público/político en México: Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Órganos u Organismos Autónomos. Éstos últimos, aunque con exclusivas funciones en apariencia de índole técnica,  tienen un peso específico en el quehacer político cotidiano.

¿Podemos trasladar esa división originaria al poder Ejecutivo? Un Presidente como Jefe de Estado, con legitimidad democrática proveniente de elección directa, funciones exclusivas de conducción de políticas de estado y presupuesto reservado en la propia constitución. Un jefe de gobierno o de gabinete, por doble mandato responsable ante el Legislativo y el Presidente, con funciones de conducción de políticas públicas. Y, finalmente, un gabinete o consejo de gobierno, con titulares de carteras ratificados por el Congreso en sesión general.

El esquema nos garantiza políticas de Estado, no sujetas a los vaivenes de las elecciones legislativas intermedias, a la vez que la posibilidad de migración de la jefatura de gobierno o gabinete en relación directa con la mayoría legislativa, obliga a los aspirantes al gobierno a pertenecer al legislativo minimizando la inestabilidad proveniente de la suma cero del perdedor.

La construcción de un sistema político requiere de un análisis serio y abierto a la discusión, ambos aspectos están ausentes en las posturas provenientes de la clase política.

¿Quién es el político valiente que le pone nombre al niño?
Peña Nieto y Ebrard no dicen nada al respecto; Beltrones apenas esboza el tema; López Obrador busca un presidencialismo a la Hugo Chávez, nada que disminuya los poderes presidenciales, menos aún los meta constitucionales; en el panismo no hay voces. 

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